El axión es una partícula subatómica hipotética. Su existencia fue propuesta de forma independiente por los físicos teóricos estadounidenses Steven Weinberg y Frank Wilczek tomando como punto de partida el mecanismo Peccei-Quinn, que fue formulado por el físico italiano Roberto Peccei y la física australiana Helen Quinn. No obstante, el nombre de esta partícula se lo debemos a Wilczek, del que hemos hablado muchas veces en Xataka debido a su responsabilidad en la formulación teórica de los cristales de tiempo.
Durante las últimas cuatro décadas los físicos han ideado varios experimentos que perseguían demostrar la existencia de los axiones, pero hasta ahora no han tenido éxito. Ni siquiera empleando durante la última década el experimento CAST (CERN Axion Solar Telescope), que fue diseñado expresamente para buscar los axiones en el centro del Sol. Los físicos teóricos que propusieron su existencia confiaban en que estas partículas podían explicar la sutil diferencia que en teoría existe entre la materia y la antimateria.
Según estos científicos debería ser posible observarlos en aquellos procesos en los que está involucrada la interacción nuclear débil, aunque no la fuerte. Si realmente existían, los axiones deberían aparecer en el centro del Sol como uno de los elementos constituyentes de la materia oscura. Esta es la razón por la que estas partículas son tan importantes. Sea como sea hasta ahora ningún experimento ha dado con ellas. Y si finalmente aparecen tendrán un impacto esencial tanto en nuestra comprensión de la física de partículas como en la cosmología.